El avance de la anemia infecciosa -también conocida como fiebre de los pantanos– genera fuerte preocupación en la industria equina. Esto llevó a que la Aave, junto a otras 11 instituciones que conforman la Comisión Nacional de Sanidad Equina, se reunieran con funcionarios del Senasa para impulsar un plan nacional de control de esta enfermedad altamente contagiosa y sin cura, que puede tener graves consecuencias en toda la cadena productiva.
El presidente de la Aave, Carlos Dodera, manifestó que «se tiene conocimiento de la anemia pero aún no se toma conciencia del nivel de daño que le produce a la industria», asegurando así que la enfermedad es una batalla que «va ganando y que hay casos cada vez más cercanos y hay provincias en las que ya es endémica».
Para Dodera, «es fundamental la difusión y la concientización de los graves daños que esta enfermedad puede generar en la industria».
Por su parte, Raúl Etchebehere, presidente de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos y miembro de la Comisión Directiva de Camine, sostuvo que si bien la anemia no es una zoonosis, «afecta terriblemente a la producción equina, porque incide en la longevidad y sobre todo en la performance».
María Edith Barrandeguy, investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y profesora de Enfermedades Infecciosas en la escuela de veterinaria de la Universidad del Salvador, indicó que los riesgos se pueden llegar a ver en la pérdida de valor de los caballos y en el mercados de exportación, porque -tal como explicó la investigadora- a pesar de que todos los caballos que se exportan se testean, los interesados podrían ponerse exigentes y dejar de importar aquellos provenientes de países con anemia infecciosa equina.
La Argentina exporta caballos por US$ 30 millones anuales y tiene potencial para aumentar exponencialmente ese valor.
Según Barrandeguy, la infección se transmite principalmente por insectos vectores como el tábano y el segundo transmisor es el hombre a través de la vacunación con agujas infectadas.
MEDIDAS PROPUESTAS:
- No utilizar la misma aguja en distintos animales.
- Exigir libreta de certificado de libre de anemia.
- Antes de mover caballos, realizar el test de AIE en un laboratorio autorizado por el Senasa.
- Realizar un análisis a todo su rodeo al menos una vez al año.
- No compartir elementos de monta.
- Denunciar los casos positivos y dar aviso a todos los productores equinos cercanos.
- Evitar las zonas de pantanos, los bajos, las ciénagas y bañados donde abundan los tábanos y otros insectos vectores.